UN CABALLERO

El artículo sobre el profesor Osmar Mendoza (28/11), me hizo recordar mi experiencia con él. Hacia 1974 llegué procedente de la Normal de Simoca, a cursar 5º año en la Normal "Juan B. Alberdi", adeudando Educación Física de 4º y previa de 3º. Como se darán cuenta no era amante de disciplina. El pánico me acompañó hasta el primer día de clase de Educación Física en mi nueva escuela, que se desarrollaban en la Escuela de Educación Física, donde conocí al profesor Mendoza. Pasó lista; no creo que llegáramos a 12 los estudiantes varones de las 10 divisiones de los 5º años. Y al llegar a mi nombre, dijo: "Contigo tengo que hablar". Su capacidad de excelente docente le hizo advertir el momento por el que estaba pasando este joven de 16 años. Hasta que comenzó a hablarme apoyado sobre la baranda del natatorio del lugar, habrían transcurrido dos o tres minutos que para mí fueron una eternidad. Se acercó con su esmirriada figura, enfundado en un equipo azul, con su inconfundible peinado a la gomina: "¿Qué pasó?", dijo poniéndome una mano en el hombro. "No puedo hacer la vertical", fue mi respuesta. "Acá no hay que ser atleta ni gimnasta ni el mejor, acá vamos a trabajar sobre tus habilidades, sobre tu potencialidad, y entre todos lo vamos a lograr. El trabajo es la mejor disciplina". Esas palabras me hicieron perder el miedo inicial y el pánico por la materia desapareció; anhelaba que llegara el día de Educación Física. Y en junio de ese año, me sentía un campeón olímpico: pude hacer la vertical y jugar al voley en los intercolegiales. Esas sabias palabras "tus habilidades", "tu potencialidad", "el trabajo es la mejor disciplina", son las que desde entonces me acompañan, gracias a ese caballero de la Educación Física que es Osmar Mendoza.

Gustavo Adolfo Coronel Villalba
Arenales 1422, Piso 2,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Fuente: Cartas de Lectores del Diario La Gaceta

Profesor Osmar Mendoza

Fuente de la Fotografía: Diario La Gaceta