PREMIO| PARA UN DISEÑO DE ALUMNAS DE LA UNT
Un pueblo en el que se respira espíritu guaraní
Domingo 28 de Noviembre de 2010 | Tres estudiantes de arquitectura diseñaron un conjunto de viviendas en madera para un pueblo misionero que fue arrasado por un tornado. Las jóvenes ganaron el premio de una convocatoria de la revista Vivienda con un proyecto que trabajaron en el "taller Duffy".
Un tornado arrasó el año pasado el pueblito de 700 habitantes conocido como Colonia Tobuna, en la provincia de Misiones. Devolverlo a la vida fue la consigna del XI Concurso Nacional de Ideas, lanzado por la Revista Vivienda. La editorial convocó a las universidades de todo el país a sumar sus propuestas. Respondieron con más de 30 proyectos.
La Universidad Nacional de Tucumán no fue la excepción. Tres jóvenes que cursan el último año en la Facultad de Arquitectura idearon un proyecto de intervención y obtuvieron el primer premio. María Lucía Véliz, María del Milagro Rougés y Clemencia Juárez Aráoz propusieron viviendas resueltas constructivamente en madera, respetando la actividad forestal que caracteriza la zona.
El viernes, en la sede del INTI Maderas, de Buenos Aires, se realizó el acto de entrega de premios y se agasajó a las jóvenes ganadoras.
En una visita a LA GACETA, antes del viaje, las estudiantes explicaron cómo hicieron para intervenir en un pueblo casi fantasma, ya que por el tornado, quedó prácticamente destruido. "Nos inspiramos en la historia y en la cultura ancestral de esa comunidad, en la actividad económica, vinculada con la forestación. Tienen el Parque Nacional de Maderas, que había que preservar", explicó Lucía.
La propuesta
Las intervenciones en el pueblo de Tobuna fueron realizadas vía internet. Las estudiantes hicieron un análisis sobre el clima, el suelo y la actividad forestal del pueblo. "Nos inspiramos sobre todo en la cultura ancestral para proyectar las viviendas basadas en la tradicional maloca, término guaraní que caracteriza a un tipo de vivienda microproductiva, donde coexisten espacios de hogar con el taller. La construcción es de tipo modular y en madera", añadió Milagros. Clemencia indicó que se preocuparon por conocer las técnicas de infraestructura y de servicio de las antiguas comunidades y que optaron por el sistema impluvium (captación de agua de lluvia) para distribuir el agua domiciliaria.
Las alumnas, que trabajaron esta idea en el taller dirigido por Juan Carlos Duffy, junto a los docentes Adalberto Páez Márquez y Fernando Venditti, coincidieron en que su proyecto se asienta en bases filosóficas y hasta poéticas, puesto que vincularon la propuesta con la imagen referencial de la savia, que alimenta los árboles y produce vida. Por eso llamaron al proyecto "Savia". "Queríamos integrar conceptos vitales con un proyecto constructivo, respetando el pasado para proyectar un futuro de desarrollo, vinculando la idiosincrasia de las comunidades que conforman los pueblos de Cruce Caballero, Colonia Tobuna, Piñalito Sur y San Pedro, que es capital del departamento. Partimos de la frase: a las ciudades se entra y a los pueblos se llega", indicó Lucía.
Cuatro ejes
Trabajaron sobre cuatro nodos: cultural, productivo, recreativo y turístico. "Había que rehacer los recorridos de esos pueblos, sin perder de vista los espacios nodales, los accesos a los parques nacionales, y plasmar un sustento filosófico en base a la planta protegida de la zona, la araucaria, cuidando que todas las intervenciones arquitectónicas no produzcan un impacto ambiental en la zona caracterizada por franjas forestales protegidas.
"Nos sentimos orgullosas de poder representar a la provincia, y a nuestra Facultad de Arquitectura en este concurso, aportando ideas que sirvan para reconstruir un pueblo abandonado por el impacto de las fuerzas de la naturaleza. Nos sentimos orgullosas por la formación de excelencia que recibimos, y del camino que forjaron profesionales destacados y que trascendieron al mundo", concluyeron las futuras arquitectas.
La Universidad Nacional de Tucumán no fue la excepción. Tres jóvenes que cursan el último año en la Facultad de Arquitectura idearon un proyecto de intervención y obtuvieron el primer premio. María Lucía Véliz, María del Milagro Rougés y Clemencia Juárez Aráoz propusieron viviendas resueltas constructivamente en madera, respetando la actividad forestal que caracteriza la zona.
El viernes, en la sede del INTI Maderas, de Buenos Aires, se realizó el acto de entrega de premios y se agasajó a las jóvenes ganadoras.
En una visita a LA GACETA, antes del viaje, las estudiantes explicaron cómo hicieron para intervenir en un pueblo casi fantasma, ya que por el tornado, quedó prácticamente destruido. "Nos inspiramos en la historia y en la cultura ancestral de esa comunidad, en la actividad económica, vinculada con la forestación. Tienen el Parque Nacional de Maderas, que había que preservar", explicó Lucía.
La propuesta
Las intervenciones en el pueblo de Tobuna fueron realizadas vía internet. Las estudiantes hicieron un análisis sobre el clima, el suelo y la actividad forestal del pueblo. "Nos inspiramos sobre todo en la cultura ancestral para proyectar las viviendas basadas en la tradicional maloca, término guaraní que caracteriza a un tipo de vivienda microproductiva, donde coexisten espacios de hogar con el taller. La construcción es de tipo modular y en madera", añadió Milagros. Clemencia indicó que se preocuparon por conocer las técnicas de infraestructura y de servicio de las antiguas comunidades y que optaron por el sistema impluvium (captación de agua de lluvia) para distribuir el agua domiciliaria.
Las alumnas, que trabajaron esta idea en el taller dirigido por Juan Carlos Duffy, junto a los docentes Adalberto Páez Márquez y Fernando Venditti, coincidieron en que su proyecto se asienta en bases filosóficas y hasta poéticas, puesto que vincularon la propuesta con la imagen referencial de la savia, que alimenta los árboles y produce vida. Por eso llamaron al proyecto "Savia". "Queríamos integrar conceptos vitales con un proyecto constructivo, respetando el pasado para proyectar un futuro de desarrollo, vinculando la idiosincrasia de las comunidades que conforman los pueblos de Cruce Caballero, Colonia Tobuna, Piñalito Sur y San Pedro, que es capital del departamento. Partimos de la frase: a las ciudades se entra y a los pueblos se llega", indicó Lucía.
Cuatro ejes
Trabajaron sobre cuatro nodos: cultural, productivo, recreativo y turístico. "Había que rehacer los recorridos de esos pueblos, sin perder de vista los espacios nodales, los accesos a los parques nacionales, y plasmar un sustento filosófico en base a la planta protegida de la zona, la araucaria, cuidando que todas las intervenciones arquitectónicas no produzcan un impacto ambiental en la zona caracterizada por franjas forestales protegidas.
"Nos sentimos orgullosas de poder representar a la provincia, y a nuestra Facultad de Arquitectura en este concurso, aportando ideas que sirvan para reconstruir un pueblo abandonado por el impacto de las fuerzas de la naturaleza. Nos sentimos orgullosas por la formación de excelencia que recibimos, y del camino que forjaron profesionales destacados y que trascendieron al mundo", concluyeron las futuras arquitectas.
