Los hitlerianos recién llegados gozaban por entonces de privilegios oficiales extendidos. Uno de ellos era conchabarlos de modo más o menos seguro. La cadena de complicidades nazis hacía lo demás. Y la sociedad donde se establecían, en particular la comunidad alemana, completaba la faena de camuflaje. En Bariloche, los inmigrantes de este origen se instalaron alrededor de la Plaza Belgrano, donde pudieron ir comprando terrenos en cómodas cuotas y sin interés.
fuente: diario pagina/12
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